Este libro fue escrito en 1961, y nos redacta la historia de un coronel que lleva varios años esperando la carta en la cual llegaría respuesta de su pensión, que el había peleado en un una guerra.
Los hechos inician cuando el coronel y su esposa se preparaban para ir a un funeral de una persona que vive en el mismo lugar de ellos, quien era la única muerte natural vista en este pueblo; es aquí donde nos dan una introducción de las situación en la que nuestros personajes principales viven.
En sus casas tienen muchas creencias por lo mismo que están esperando el dinero que le habían prometido al coronel, por este motivo llevan una vida muy difícil guardando hasta el último centavo que tienen vendiendo sus cosas personales y preparando al gallo que era de su hijo para las peleas que se aproximan en los últimos meses. Todos los viernes el coronel iba a buscar al cartero para preguntarle por la carta que tanto estaba esperando pero la respuesta siempre era negativa; el personaje empieza a desesperarse ya que lleva 15 años esperando la carta, ya no tienen nada que vender, el dinero se les está acabando, aveces tienen que decidir entre comer ellos o comprar maíz para alimentar el gallo, por este motivo el coronel buscó la opción de vender el gallo, de hecho se lo ofreció a varios de sus amigos, pero ninguno dio una oferta hasta que don Sebas ofreció $490 por el, pero el coronel dudó y entonces don Sebas le prestó $60.
El coronel era un hombre muy tranquilo, en muchas partes de la historia se ve en que está perdiendo la esperanza; pero aún así era muy firme con sus decisiones y estaba completamente seguro que no quería vender el gallo y haría todo lo posible para mantenerlo en su casa, pero su esposa era todo lo contrario a pesar de estar enferma y tener recaídas muy fuertes siempre ve las posibilidades que tiene ante las situaciones en que están viviendo además está muy esperanzada en que la carta llegue; en fin al coronel le tomó 50 años para entender que su pensión era una ilusión.
La historia tiene partes muy tristes y muy duras, una de ellas que recuerdo mucho es a la esposa recordándole al coronel que no sabían que hacer ahora ya que se estaban quedando sin comida, ella tenía que fingir que estaban preparando fréjoles pero la realidad lo que habían puesto en la olla eran piedras. También se puede ver que entre el coronel y su esposa hay amor a pesar de los años que han pasado y siguen encontrando motivos muy especiales en su relación.
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